
París, 1926.
Durante su permanencia en Paris, Quinquela frecuento el café Rotonde, en Montparnasse, donde se reunían artistas futuristas. El pintor argentino, intrigado, se hizo pasar por uno de ellos. “Les hacía dibujos raros, y ellos los encontraban estupendos. Cuantos más absurdos, más estupendos les parecían. Uno de mis dibujos se llamaba ‘El ojo del capitán mirado por el ojo del buey’, lo exhibían como modelo del arte del futuro, que debía ser, decían, introspectivo, analítico, subconsciente, freudiano, y no sé cuántas cosas más.
Encontraron en mi grandes facultades para pintar hacia adentro, como ellos preconizaban, y no hacia afuera, aunque en realidad la mayor parte de aquellos futuristas de la Rotonde no pintaban ni hacia afuera ni hacia adentro”.
Sobre su exposición parisiene, Quinquela recuerda que: “[…] no fue un ‘affaire’ sensacional, pero si un ‘succés d’estime’. Días antes de la inauguración conocí al gran escultor Bourdelle en la Sala Charpentier, que fue donde realice las muestras de mis cuadros. Por cierto que mi conocimiento con el autor del magnífico monumento a Alvear se produjo en circunstancias raras. El director de la Sala Charpentier, donde me cobraban mil francos diarios de alquiler, no había atendido mis insistentes pedidos de reforzar la luz del salón. […] Con una escalera que encontré a mano me aplique a romper todas las bombitas eléctricas, y en esa tarea destructiva me encontraron el director de la galería y un señor con dos señoras que entraron en ese momento al salón.
-“¡C’est un fou!” gritaba el director agarrándose la cabeza. El otro señor me pregunto que me pasaba, y cuando se lo expliqué me dio la razón. No iba yo a perjudicar mi exposición por falta de luz. Y de inmediato dio la orden de que me pusieran la instalación eléctrica que yo reclamaba. Aquel señor justiciero era Boudelle. Pero yo no estaba loco del todo. Mis cuadros se favorecieron mucho con la nueva iluminación, y tuvieron la luz que les convenía.”
La exposición tuvo un gran éxito, como contaba el diario Critica en aquellos días: “Un homenaje poco común ha sido rendido al pintor argentino Quinquela Martin, por los directores de la galería Charpentier, donde están exhibiéndose sus trabajos, en el sentido de que prolongue la exhibición de ellos por una semana más, debido a la cantidad de público que quiere admirarlos”.
Fuente:
Muñoz, A. (1949). Vida novelesca de Quinquela Martín. Ciudad Autonoma de Buenos Aires: Buenos Aires.


